SALIDA A LAS ENCINAS DE LA SARDA

Ha sido una salida muy entrañable, porque en esta ocasión hemos acompañado a los niños de la guardería La Malena a ver las encinas de la Sarda. Han sido dos grupos de niños entre dos y tres añicos y que estaban para comérselos.

En clase han trabajado las encinas y el pájaro que más las frecuentan: el carbonero.

El pájaro carbonero es de cabeza negra brillante con manchas blancas en las mejillas y una corbata negra que contrasta con el color amarillo de su vientre. Tiene el dorso de color verde y las patas azules, mide sobre 14 cm. y pesa sobre 20 gramos, viven de 2 a 3 años y su cántico es como un chi-chi-pan muy claro a larga distancia. Comen insectos, semillas y larvas, por ejemplo las de la procesionaria, y anida en los agujeros de los árboles o en cajas-nido artificiales.

Plastificamos fotografías en color de pájaros carboneros y las colgamos alrededor de la encina, les contamos (digo contamos, porque no se les puede dar explicaciones), lo altas y redondas que son las encinas subiendo los brazos y haciendo un círculo, al mismo tiempo que repetíamos el nombre del árbol. Fue super gracioso.

Repetíamos con ellos la forma de la encina con gestos, el nombre del árbol, su fruto y el nombre del pájaro. Cantamos cogidos de la mano alrededor de la encina la canción de Doña Sabina, del cuento del Juni, cambiándole el nombre por Encina y de repente apareció un perro con su dueño y para que quieres más, se descontrolaron y empezaron a correr y jugar, que es lo suyo.

De despedida les regalamos a cada niño un imán donde habíamos pegado una bellota natural e invitábamos con una frase a que plantaran encinas y también un plantón de carrasca  para el jardín de la guardería.

Los niños son muy listos y estoy segura que por pequeños que sean, nunca es pronto para que conozcan la naturaleza y empiecen a valorarla.

Alicia
Presentación de diapositivas